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Vínculos

Hace 80 años, en 1943 se publicaba el “El Principito”, la obra imprescindible y universal de Antoine de Saint-Exupéry, que ha sido traducida a más de 250 idiomas y dialectos y ha sido permanentemente representada en obras de teatro, cinematográficas y musicales.

Hace 80 años, en 1943 se publicaba el “El Principito”, la obra imprescindible y universal de Antoine de Saint-Exupéry, que ha sido traducida a más de 250 idiomas y dialectos y ha sido permanentemente representada en obras de teatro, cinematográficas y musicales.

Siempre vigente.

El pasado 21 de julio, Penélope Canónico del diario El Clarín, Argentina, inspirada en el regalo que le hiciera el zorro a El Principito: “lo esencial es invisible para los ojos”, preguntó a cuatro profesionales: “¿qué es hoy lo esencial, por qué está cada vez más invisibilizado y cómo aprender a mirar?”.

Luciano Lutereau, psicoanalista y académico de la Universidad de Buenos Aires, Alejandro Grimson, antropólogo, Alexis Alderete, psicólogo y Miguel Espeche, psicoterapeuta, dan sus interpretaciones de acuerdo con sus especialidades, con variaciones propias de su saber y entender.

Quisiera rescatar que coinciden en al menos un aspecto: lo esencial son los vínculos.

Grimson, contextualiza los vínculos diciendo que lo esencial hoy reside en tener la posibilidad de disfrutar la vida junto a las personas que amamos y a una comunidad con la que tenemos un destino común.

Desde la perspectiva del conocimiento y de acuerdo con los hallazgos de las neurociencias, que han dado la razón a teóricos y filósofos que lo han dicho a través de los tiempos, más allá de datos desconectados, lo que realmente da la comprensión son los vínculos entre ellos. El aprendizaje será más duradero si, en vez de contenidos ldesconexos, logramos encontrar “la pauta que les une”, como dijo Gregory Bateson. Por eso, Vaklav Havel dijo: “educación es la habilidad de percibir las conexiones ocultas entre los fenómenos.”

Y más allá, para avanzar hacia una visión comprehensiva del mundo, es necesario superar las islas disciplinares que limitan la comunicación fluida, para encontrar los vínculos que unen los saberes. Poder establecer comunicación entre especialidades, permite la colaboración y el entendimiento.

De ahí que la educación debe avanzar hacia visiones más allá de las disciplinas, como propone Basarab Nicolescu en su Manifiesto de la Trasndisciplinariedad y Edgar Morin en su Método hacia el Pensamiento Complejo.

Los hermanos Odum (Eugene, biólogo padre del concepto de ecosistema y Howard, ecólogo) han encontrado los vínculos que unen la biología con otras ciencias del conocimiento humano. Para ellos, la Ecología ya no se trata de una rama de la biología sino más bien de un área común donde se encuentran las ciencias biológicas, físicas y sociales.

En ese contexto y como apunta Grimson, hay que cuidar los vínculos con las personas y la comunidad, (que es humana, animal y vegetal). Muchos autores y autoras hablan del cuidado mutuo, sobre todo teniendo en cuenta que tenemos un destino común, que más que regional, es planetario.

Las implicaciones para la educación han llevado a autores como Gaston Pineau y María Cándida Moraes, entre otros, a proponer el Modelo Ecoformativo que conduce a una búsqueda intencionada del conocimiento interior de la persona, partiendo del respeto a la naturaleza y en estrecha interrelación con la realidad social, cultural y biológica. Para Moraes, la Ecoformación aspira a desarrollar una conciencia planetaria que posibilite un proceso de restauración de la relación del ser humano y su medio. Enfatiza en que implica una trilogía de intercambios entre la persona, la naturaleza y la sociedad, que muchos autores llaman el triángulo de la vida. La Ecoformación, dice Moraes, es más que un modelo educativo; es una forma de pensar y un estilo de vida, que requiere cambio integral del carácter industrial, mercantil y patriarcal de nuestra civilización.

La Ecoformación se basa en sólidos valores y principios de respeto, colaboración, aprecio, búsqueda de soluciones alternativas a los conflictos, lo que me lleva de nuevo a El Principito y a otro de los regalos que recibió:

“Te juzgarás a ti mismo, le dijo el Rey. Es lo más difícil; si logras hacerlo con justicia serás un verdadero sabio.

Publicación original: La Revista

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