Eleonora Badilla Saxe
En 2023 el historiador y filósofo israelí Yuval Noah Hariri, en una entrevista concedida a The Telepgraph dijo que la Inteligencia Artificial (IA) es “la primera tecnología de la historia que crea historias”, ya que tiene la capacidad para elaborar textos, imágenes, videos e incluso música, a partir de información que está a disposición. Y agregó que: “la nueva generación de IA no se limita a difundir los contenidos que producen los humanos. Puede producir la información por sí misma”.
Es decir, estamos frente a una tecnología que no solo repite historias, sino que es capaz de crearlas, re recrearlas y contarlas.
Una tecnología que es capaz de producir… ¿historias verídicas?, ¿información certera? ¿divulgación científica?, ¿cuentos de fantasía?, ¿noticias y datos falsos?, ¿imágenes irreales?, ¿copias idénticas?, ¿argumentos lógicos?, ¿música original? ¿desinformación? ¿teorías conspirativas? La respuesta es: todo lo anterior, con sus respectivos opuestos, interrelaciones e interacciones. Y más.
Y aquí es donde resurgen con fuerza (al menos) la filosofía, la psicología, la sociología y la pedagogía. Porque la Inteligencia Artificial presenta, varios dilemas, que no son técnicos.
Desde la perspectiva filosófica emergen preguntas ontológicos y metafísicas: ¿Qué es la realidad? ¿Qué existe y qué no? Lo digital ¿es físico? ¿Cómo se integra la IA a la visión de mundo? Y claro, asoma el dilema ético: ¿Existe el bien y el mal en la inteligencia artificial? ¿Puede la IA hacer el bien… o el mal? ¿Quién es responsable por las consecuencias de una creación de la IA? ¿Existe propiedad en la creación? ¿De quién es? Y por supuesto los problemas epistemológicos: ¿Cuál es el origen del conocimiento? ¿Cómo se adquiere o construye el conocimiento a partir de información generada por la IA? ¿Cómo se comprueba la validez de los contenidos? ¿Qué tipo de pensamiento se requiere frente a las “historias” generadas por la IA? Emergen también las encrucijadas sociológicas y psicológicas: ¿Cómo están reaccionando las sociedades ante la IA? ¿Cómo interaccionan las personas frente a y con la IA? ¿Cambia (y cómo) el comportamiento social e individual frente a la IA? ¿Será más fácil la manipulación de colectivos por medio de la IA? Y, las amenazas y oportunidades pedagógicas: ¿Se convertirá el aprendizaje en solamente la recepción de información? ¿Podrán los “avatares” generados por la IA sustituir a los y las docentes hasta desaparecernos? O por el contrario ¿surgirá un nuevo rol para la docencia? ¿Se fortalecerá la educación más allá de la transmisión de información? ¿Habrá una diferenciación entre la labor docente humana y la de los “avatares” de la IA?
Lo que resulta claro es que, para aprovechar las historias que genera la IA y todo su potencial, así como para contrarrestar las grandes amenazas individuales, sociales, cognitivas, emocionales e incluso físicas que presenta, es urgente plantearnos y tratar de dar respuestas multidimensionales a preguntas como las que he mencionado antes. Esto, con el fin de desarrollar en las personas y en los colectivos el pensamiento complejo y crítico, así como las capacidades y conocimientos necesarios y oportunos para comprender qué sucede y cómo accionar.
Y también es evidente que, para encontrar las preguntas pertinentes; analizar los contextos sociales e individuales; comprender las realidades que se van modificando velozmente y visualizar cursos de acción, los conocimientos propios de las disciplinas que se han hecho famosas y se conocen por las siglas (en inglés) STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) son muy necesarios, pero para nada suficientes.
Será urgentísimo tener una sociedad integrada por individuos, colectivos y organizaciones que incluyan los menos famosos, pero cada vez más imprescindibles, saberes filosóficos, sociológicos, psicológicos y pedagógicos, entre otros.
Será la única forma en que podremos entender qué nos está pasando y proponer qué podemos hacer, para que nosotros también contemos historias.
Publicado en https://www.larevista.cr/eleonora-badilla-saxe-la-tecnologia-que-crea-historias/