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Gobernanza del sistema educativo

La importancia estratégica de reforzar e innovar la Gobernanza del Sistema Educativo del país.

Eleonora Badilla Saxe Silvia Chacón Ramírez Karla Salguero Moya Yalile Chan Jiménez Movimiento Mauro Fernández Acuña

 El gran educador y político chileno Pedro Aguirre Cerdá, quien fue presidente de ese país entre 1938 y 1941 dijo: “Gobernar es educar; es despertar el espíritu constructivo de organización y perseverancia que tanto necesita la colectividad nacional.”

La gobernanza se refiere a la forma de gobernar, buscando que esta sea eficaz y adecuada a los fines que se persiguen. Cuando la gobernanza es pertinente y ágil, se facilita el alcance de los fines que se buscan; y de igual forma, si la gobernanza es rígida y obsoleta, los esfuerzos que se realicen por cumplir objetivos y metas se verán seriamente obstaculizados.

En relación con el sistema educativo costarricense, ya en el año 2019 el Informe del Estado de la Educación había advertido que su gobernanza se caracteriza por “…una estructura organizacional altamente compleja y un estilo de gestión vertical que limita la aplicación exitosa del plan de estudios, y que afecta el cumplimiento efectivo de las labores vinculadas a los actores claves de las direcciones regionales y los centros educativos.”

En lo más alto de esa estructura organizacional se encuentra el Consejo Superior de Educación CSE, instancia con rango constitucional cuyo propósito es aprobar las políticas educativas y velar por su correcto cumplimiento; y presidiendo dicho Consejo, la persona que ejerza de Ministro o Ministra del ramo, que es la figura política y ejecutiva.

Coincidiendo con la llamada de atención del Informa del Estado de la Educación, es posible observar la rigidez y verticalidad de la gestión del sistema: todas las decisiones deben emanar de la instancia superior, específicamente del Ministro o Ministra y es difícil que, en niveles medios emerja la creatividad o la iniciativa en la gestión.

De igual manera, el Consejo Superior de Educación CSE, debido a su conformación, no cumple con el mandato constitucional de velar por que las políticas que fueron aprobadas en su seno tengan la vida saludable para el tiempo para el que fueron promulgadas. Siendo que la mayoría de las personas integrantes del CSE son  subalternas del Ministro o Ministra de turno, que cumplen (en el mejor de los casos) cada cuatro años, con aprobar las propuestas que les lleve quien está en el ejercicio ejecutivo. Incluso hemos atestiguado en el caso de un cambio de Ministro en un mismo gobierno, que la intención y las indicaciones han variado, por lo que el rumbo también cambió en un plazo de dos años. Más aún, se han documentado casos en los que en el plazo de dos meses (con cambio de gobierno de por medio), el CSE aprobó, ratificó y derogó la vigencia de un plan de estudios nacional.

En el momento presente, el país cuenta con una Política Educativa sumamente robusta, que se arraiga en los mejores valores de la Patria y tiene visión de largo plazo: La persona: centro del proceso educativo y sujeto transformador de la sociedad. Fue aprobada en el 2016 y debería ser la guía imprescindible para que todas las decisiones del CSE se enmarquen en esa visión. De hacerlo así, se podría garantizar una consistencia interna las diversas aprobaciones que toma el Consejo; y habría coherencia y pertinencia con la realidad nacional y planetaria presente y futura.

Sin embargo esa Política, aprobada por el CSE y vigente, está siendo ignorada y las autorizaciones y decisiones que se están tomando sobre diversos programas no se enmarcan en esa Política. De esta forma, no hay un compromiso con la consistencia, coherencia ni pertinencia de las acciones educativas, mismas que además, podrían echarse para atrás en un próximo gobierno. Y lamentablemente, las acciones puntuales que buscan mejoramiento en el sistema nacional, pierden fuerza e impacto debido a los constantes cambios de visión de las máximas autoridades.

Dos estrategias deben acometerse para flexibilizar la gobernanza del sistema educativo nacional. Para el largo plazo revisar y actualizar el Decreto 38170 sobre la reorganización del Ministerio de Educación Pública, e iniciar a la brevedad posible las acciones que conducirían a una gobernanza horizontal, flexible, eficiente y con comunicaciones fluidas.

Para el corto plazo, se requiere una reforma constitucional para ampliar la conformación del CSE, de manera que pueda cumplir con el mandato que tiene de garantizar una visión integral y de largo plazo de la educación nacional. El CSE debe contar con un equipo interdisciplinario de alto nivel conformado por PARES, no subalternos  y con conocimientos sólidos del sector salud, científico, tecnológico, cultura, productivo, social, antropológico y otros.

Si logramos modernizar la gobernanza del sistema educativo, daremos mayor fuerza e impacto a todas las acciones de mejora que se implementen en el sistema, y también una visión de largo plazo para la educación nacional.

Como decía don Mauro Fernández Acuña: hay que trabajar con los datos del presente y la mirada puesta en el futuro.

Publicado en https://semanariouniversidad.com/opinion/gobernanza-del-sistema-educativo/

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